¿Qué son las profecías autocumplidas?

¿Qué es una profecía autocumplida?

El sociólogo Robert K. Merton acuñó esta expresión:

“Una profecía autocumplida es una falsa definición de una situación o persona que evoca un nuevo comportamiento, el cuál hace que la falsa concepción se haga verdadera. Esta validez engañosa perpetúa el error. El poseedor de la falsa creencia, percibirá el curso de eventos como una prueba de que estaba en lo cierto desde el principio.”

 En otras palabras, la profecía autocumplida hace referencia a cómo nuestras creencias sobre las cosas, las situaciones o las personas (ciertas o no) pueden ser tan fuertes, que acabemos creando (de forma más o menos consciente) las condiciones necesarias para confirmar nuestra creencia.

Supongamos que a uno de los miembros de una relación le aterra la idea de ser abandonado. Por supuesto, cree que su pareja le dejará en cuanto tenga oportunidad. Puede que esa creencia le lleve a ser extremadamente posesivo y celoso, lo que propiciará que el otro le abandone, tal y como siempre temió. O podemos pensar que los bares de heavy metal son lugares peligrosos con gente agresiva. Al pisar uno, ante esa supuesta amenaza, tal vez seamos nosotros los que actuemos de forma agresiva…¿creéis que eso favorecerá el que bar se vuelva un sitio violento?

Otro fenómeno relacionado con las profecías autocumplidas es el llamado efecto Pigmalión. Éste explica cómo nuestras creencias sobre una persona pueden acabar limitando y condicionando su desarrollo. Esto sucede constantemente durante la infancia. Si creemos que nuestro hijo es torpe para los deportes y así se lo transmitimos (o simplemente él lo percibe), es probable que lo acabe siendo, ya que él mismo tirará la toalla, convencido de su falta de aptitudes. ¿Para qué esforzarse si ya sabe que “no es hábil para los deportes”? Es lo que se denomina indefensión aprendida.

En resumen, no debemos dar las cosas por ciertas como dogmas de fe, especialmente acerca de cómo somos o lo que podemos o no podemos hacer. Del mismo modo que no podemos pretender saber cómo son o actuarán los demás en todo momento. Debemos animarnos a cuestionar estas ideas que damos por sentadas.

Es probable que nos sorprendamos.