En ocasiones me gusta preguntar a los demás en qué creen que consiste un proceso de psicoterapia. Eso me ayuda a ser más consciente de las creencias y prejuicios más habituales entorno a la profesión. A veces tienen una idea más o menos cercana a la realidad, otras muchas cualquier parecido es pura coincidencia, y otras tantas sencillamente jamás pensaron realmente en ello. Sin embargo, en general existe bastante confusión en torno a una cuestión: el papel del paciente en su terapia. Tal vez te estás planteando ir a ver a un psicólogo y tienes dudas al respecto.
Vamos a tratar de aclarar algunas de estas confusiones:
1. «Voy a que él me cure«
A diferencia de la relación médico-paciente, en la que el segundo tiene un papel pasivo en su recuperación y simplemente se pone en manos del profesional sanitario; el paciente de psicoterapia tiene un papel tremendamente activo, ya que es él el que deberá hacer un profundo trabajo de autoconocimiento y toma de conciencia, obviamente, acompañado por el psicólogo que lo estimulará y asistirá en todo momento. Pero su compromiso es fundamental.
Si bien las dolencias médicas son bastante similares entre unos pacientes y otros (con sus variabilidades, no obstante), las psicológicas se enraízan en creencias, experiencias, personalidades, valores…que no son exportables de una persona a otra. Es por ello que el papel del paciente es fundamental en el proceso de terapia, ya que sólo él/ella cuenta con las herramientas para superar los retos de su propia vida.
2. «El psicólogo me dirá qué hacer«
Aunque el nivel de intervención puede variar según los modelos de intervención terapéutica o los requerimientos del caso, el papel de un psicólogo no es el de proporcionar consejos a sus pacientes acerca de qué deben o no deben hacer y/o sentir. Sólo el paciente decide qué quiere trabajar en terapia o qué decisiones quiere tomar en su vida. Es importante destacar que uno de los objetivos más importantes de la terapia es que el paciente gane en autonomía y responsabilidad. Algo difícil si tu psicólogo le dice qué debe hacer o qué haría él/ella en su lugar.
3. «El trabajo es únicamente en sesión«
Pese a que el trabajo en sesión es fundamental, no es menos importante las tareas que el paciente debe realizar en su casa. Ya sea por escrito, a nivel de conductas u actitudes o de pura autoobservación, las tareas extienden y afianzan el trabajo en sesión, instando al paciente a encontrar un espacio para sí mismo y continuar el proceso de autoconocimiento. Esto es fundamental porque además fortalece el compromiso del paciente con su proceso y con el desarrollo de sus propios recursos.
4. «Mi función es sólo hablar de lo que me pasa»
Es cierto que el grueso de las sesiones se da través del diálogo, pero esta conversación es un punto de partida para que el paciente observe, recuerde, identifique, compare, reflexione, busque, se cuestione cosas,… De nuevo, el papel del paciente es activo, y no sólo transmite información (cognitiva, conducta y emocional) al psicólogo, sino que trabaja con ella, estimulado por las preguntas e intervenciones del profesional.
5. «Me tumbaré en un diván»
En esta categoría incluiría todos los tópicos sobre el psicoanálisis (muchos surgidos de películas como las del genial Woody Allen) que la gente toma como ejemplo de lo que es una sesión de terapia con un psicólogo. Desde el paradigmático diván en el que el paciente (de espaldas al profesional) aguarda ansioso la interpretación del psicoanalista, a la persecución implacable del gran recuerdo infantil reprimido que nos proporcionará el ansiado y omnipotente «porqué». Si hablamos de psicoanálisis son tópicos poco ajustados, si hablamos de psicología no se corresponde en absoluto.
Ni te has de tumbar en un diván (lo más usual es un sofá o una mesa, cara a cara), ni has de aguardar la interpretación del psicólogo (personalmente me parecen más útiles e interesantes las interpretaciones del propio paciente), ni todo problema tiene su raíz en un recuerdo reprimido infantil, ni el santo grial de la terapia es hallar la respuesta al porqué (a menudo un ¿para qué? resulta más esclarecedor).
Ten tu mente abierta si inicias un proceso de terapia, posiblemente te sorprenderás para bien.
6. «Me recetará algo»
Aunque cada vez más infrecuente, a veces no se tiene claro cuál es la relación de los psicólogos con los fármacos psicoactivos (antidepresivos, antipsicóticos, ansiolíticos, hipnóticos,…). Los psicólogos, tenemos formación en psicofarmacología, lo que nos permite entender la utilidad de la medicación y sus efectos (tanto positivos como secundarios), pero no podemos recetarlos, ya que esa es una función exclusiva de un médico, preferiblemente un médico psiquiatra.
Espero haber disipado algunas ideas poco ajustadas sobre el papel del paciente en un proceso de terapia, pero si tienes cualquier duda al respecto o sobre cualquier otra cuestión, no dudes en escribirme.
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